Por Marino
Ramírez Grullón
Con el
apresamiento del emblemático Luis Inacio Lula da Silva y el fracaso de la mal
llamada Revolución Bolivariana que continúa el señor Nicolás Maduro, el fracaso
de los regímenes gubernativos de la izquierda y populismo latinoamericano es un
hecho lamentable.
Aunque con el discurso que pronunció el ex dirigente
obrero y luego Presidente del Brasil antes de entregarse a las autoridades,
éste quiso parecerse a Fidel Castro y su “Historia me absolverá”, de hecho el
tiempo dirá si éste tiene razón.
Los
defensores del accionar del líder sindical y ahora encarcelado ex jefe de
Estado, olvidan realmente que él mismo se prestó a los juegos de la corrupción
empresarial y económica de su país, aunque su detención haya sido por una
situación mínima que en República Dominicana cualquier funcionario la práctica.
Deben tomar
como parámetro, al menos los emocionados partidarios de Lula que José Mujica es
mejor y más positivo símbolo de la izquierda que ha gobernado América Latina en
los últimos años.
Pero no, a
este lo olvidan porque es humilde y no populista, andaba y anda en un carrito
de tercera categoría no es corrupto, no se prestó al juego de los grandes
capitales y sigue siendo un personaje sencillo, siempre enarbolando sus
principios.
Los demás
ejemplos desde Nicaragua a la Argentina, no deben servir de guía a ningún
revolucionario ni populista de nuevo cuño de los que andan buscando derribar al
capitalismo corrupto pero ejecutando sus mismas prácticas desde que llegan al
poder.
Veamos los
casos, Daniel Ortega en Nicaragua, traicionó la revolución sandinista para que
alzarse con el poder junto a su esposa, de tal manera que elimina a la
oposición mediante mecanismos legales que él controla en los estamentos del
Estado, incluyendo a gente como Ernesto Cardenal, y a su propio hermano
Humberto Ortega.
Lo de
Bolivia con Evo Morales es una vergüenza, pierde un referéndum revocatorio y se
habilita con sus Suprema Corte violando su propia Constitución.
En
Argentina, Cristina Fernández, involucrada en todo tipo de negocios de los que
criticaba a la derecho corrupta.
Los
chavistas podridos en dinero y corrupción, mediante el fraude constante e
inhabilitación de sus opositores no esperan entregar nunca.
Supongo que
todos estos grandes izquierdistas tienen a los Castros como parámetro de tal
manera que Cuba de una bella revolución
contra el perverso Batista pasó a ser propiedad de los fidelistas hace más de
60 años.
En fin el
espacio no daría para ofertar datos sobre los fracasos de la izquierda en el
sub continente americano, pero lo que más duele que sus ejecutores desde el poder realizan las
mismas prácticas de enriquecimiento y corrupción que la derecha tradicional, es
decir corromper al Estado para beneficiarse ellos familiares y amigos cercanos.
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