Un nuevo gobierno

Presidente Danilo Medina

Con la presentación del reciente discurso del ex Presidente Leonel Fernández ante el país, donde explicó la situación que originó el cuantioso déficit fiscal que a la vez originó la Reforma Fiscal aprobada por iniciativa del gobierno que encabeza el Presidente Danilo Medina, entiendo comienza un nuevo ciclo en la política nacional.

Hablo de nuevo ciclo porque siempre se habla de no gobernar mencionando el pasado y ya la administración Fernández es pasada, tomando en cuenta que un nuevo gobierno dirige el país.

A Danilo Medina le toca ahora justificar sus promesas de campaña y como de falta de dinero se trata ya a partir de enero  con la puesta en marcha de la nueva Reforma de impuestos las cosas deben cambiar.

El 4 % a la educación está contenido en esa Reforma, el pago de la deuda que no es externa, sino eterna y otras inversiones promesas del ahora Presidente tienen que cumplirse.

Ya con Leonel Fernández no se puede seguir batiendo, ya entregó, ya fue gobierno y ya pronunció su discurso  donde  explicó lo que tenía que explicar aunque las protestas continúen.

La población dominicana estará atenta de ahora en adelante de las ejecutorias de Danilo Medina y su equipo.

Eso es lo que vale.

A la oposición política de Danilo sólo le queda esperar su turno, ya que de ninguna manera el Partido Revolucionario Dominicano, principal grupo opositor se pone de acuerdo ni para hacer críticas unitarias al gobierno.

En ese sentido la actual administración del Estado van cómodos, de hecho no tienen oposición fuerte y real.

Las marchas y otro tipo de protestas aparentemente espontánea que se realizan tanto al gobierno de Medina como al pasado de Leonel, además de que deben permitirse demuestran que no existe una oposicíón partidaria real al gobierno.

Además de que estos movimientos fortalecen la democracia, son protestas necesarias ante la actual crisis y la falta de iniciativa de las autoridades que todavía están poniendo la  casa en orden.

Danilo de hecho no ha comenzado, pero tiene que hacerlo, sino podría pensarse que pasará por la administración del Estado sin pena ni gloria.

Todavía ha tiempo para arrancar en grande. Enero viene por ahí.